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[Eric Báez Bezama <eric AT hipatia.info>]

Un completo artículo sobre el desembarco de la MPLC en Chile. TLC es según
ellos vinculante respecto a los esquemas de propiedad industrial
estadounidense, también cita las visiones del derecho autoral ala europea,
donde tras el fallecimiento del autor entra a correr un plazo y pasa la
obra a dominio público.


El Mercurio (22/05/2005)
Maureen Lennon Zaninovic



Para realizar exhibiciones gratuitas de videos y DVD, como el clásico
"Tiempos modernos", de Chaplin, se necesita una licencia específica, que
varía de acuerdo al número de espectadores.
Foto:El Mercurio


Se debe pagar hasta 190 mil pesos anuales a la Motion Picture Licensing
por concepto de licencias de DVD y videos.


Maureen Lennon Zaninovic

Los estudiantes y universidades chilenas que han tomado en sus manos el
rescate del cine arte están viviendo una película nada de romántica.

¿La razón? Pasar un DVD o un video dejó de ser un sencillo panorama. Así
de simple, si un grupo de universitarios decide formar un cine-club y
proyectar videos o DVD, antes deberá pagar a la Motion Picture Licensing
Corporation (MPLC).

Esta empresa transnacional, cuya filial chilena está a cargo de Phillip
Hordern (ex directivo de la cadena Hoyts), es la encargada de otorgar las
licencias a universidades, centros culturales, municipalidades, buses,
etc. Desde hace poco más de un año opera en el país, velando por el
estricto cobro de estas licencias, con supervisores que informan sobre las
instituciones o particulares que, según ellos, no están en regla.

¿Lucas?

En el sitio www.mplc.cl aparecen especificadas las distintas modalidades
de cobro. Por ejemplo, está la licencia Cine Club Anual, destinada a todos
los que deseen pasar DVD o videos sin fines de lucro. La condición es que
se trate de menos de 50 personas por evento, con entrada gratuita y máximo
una proyección por semana. También se exige que la exhibición sea sin
publicidad externa; es decir, sin carteles donde aparezca reproducida
alguna imagen del filme. Para este caso, la suscripción es de $95 mil por
año y está recomendada para profesores y alumnos de educación básica y
superior, centros comunitarios, centros culturales, iglesias, bibliotecas
y hospitales.

Otra opción más cara es la licencia Auditórium Anual. A diferencia de la
anterior, contempla eventos más masivos; es decir, hasta 150 personas. La
entrada debe ser gratuita, máximo un evento por semana y sin publicidad
externa de las películas. Los interesados deben pagar $190 mil al año.

Para comprar estas licencias puede informarse vía internet o en las
oficinas de la MPLC en Chile, ubicadas en la Concepción 322 Of. 901 (F:
244.4343).

"Los DVD y videos domésticos que comúnmente se venden o arriendan en
tiendas por departamentos, supermercados o videoclubs son sólo para uso
personal y privado. Verlos fuera del hogar, por Ley de Derecho de
Propiedad Intelectual requiere de una licencia. Esta reglamentación se
aplica incluso para grupos o personas que deseen mostrar una cinta en
público, sin cobrar entrada", explica Horden.

Una pesadilla de película pueden vivir quienes opten por no pagar. Las
penas civiles que contempla la nueva Ley de Propiedad Intelectual para las
exhibiciones no autorizadas van desde las 25 UTM (unos $742.775) por cada
infracción inadvertida hasta las 500 UTM ($14.855.500).

-¿Por qué decidieron instalarse en Chile?

"Cuando trabajaba en Hoyts y alguien me ofrecía pasar un DVD en nuestros
complejos, no lo podía hacer porque no contaba con las licencias
autorizadas. Investigando llegué a la Motion Picture Licensing Corporation
de Estados Unidos. Con sede en Los Ángeles, funciona desde hace 25 años y
ya tiene más de 150 mil lugares licenciados, sólo en Estados Unidos. Tomé
contacto con ellos y así gestioné la llegada de MPLC a Chile".

-¿Han recibido reclamos por el cobro de licencias?

"La primera reacción es 'esto no puede ser, no voy a pagar', pero después
de ocho meses de funcionamiento, el panorama es distinto. Ya contamos con
casi 300 licencias, entre universidades, centros culturales, institutos,
municipalidades, buses interregionales, hoteles, etc. Tratamos que el
cobro no sea muy excesivo para que todos paguen".

-¿Los universitarios pueden pagar los 90 mil?

"No hemos tenido problemas, porque la suma que pedimos no es alta y es
proporcional a su uso. Muchas veces son las propias autoridades de
extensión universitarias las que se ponen con las platas. Además que es
mucho más barato que contratar a una compañía de teatro".

-¿A dónde va el dinero?

"Cada tres meses extendemos un cheque a los estudios de cine. El otro día
le mandamos uno a Silvio Caiozzi. Le comentamos que esto era un premio a
su trabajo, a raíz de la exhibición del DVD de 'Cachimba' en centros
culturales, municipalidades, buses, etc. Estaba demasiado feliz".

-¿La licencia faculta para proyectar cualquier película?

"No, sólo las de nuestros distribuidores afiliados. Somos representantes
de Disney, Fox, UIP, Sony y de 80 estudios más. Tenemos sobre seis mil
películas disponibles para que puedan ser exhibidas en público, tanto en
DVD como en video. En la página www.mplc.cl está nuestro listado de
cintas. Si no aparece el título significa que no contamos con la licencia
y, por lo mismo, no se puede mostrar en público, pero si la universidad o
centro cultural lo solicita, nos contactamos con su empresa distribuidora,
aunque esté en el país más lejano. La idea es estar en regla".

-Algunos reclaman que con esta medida el cine en universidades se está
privatizando...

"No comparto esa opinión, además que hay que distinguir entre pasar
películas dentro de la sala de clases, como parte de un ramo (en este caso
no se necesita licencia), que proyectar una película para universitarios
en la hora de almuerzo. Esto último es entretención pública y requiere una
licencia. Son dos cosas distintas. El TLC de Chile con Estados Unidos
incluye, además, un respeto de la propiedad intelectual. Los realizadores
de cine arte no trabajan gratis y hay que reconocerles sus derechos".

-¿Aunque ese DVD lo vean en el almuerzo cuatro personas?

"Sí, porque es entretención igual. Ha existido, además, mucho abuso en
esta materia, ya que generalmente se solía pasar un video o DVD pirata,
incurriendo en un doble delito".

Opinan los interesados

Javier Irarrázaval (gerente general de Walt Disney Company Chile): "La
MPLC vino a llenar un vacío muy importante, por eso aprobamos su gestión.
Cada tres meses entregan un reporte y nos extienden un cheque con el pago.
Firmamos un contrato donde parte de lo recaudado por esta vía se queda en
la MPLC y el resto es para nosotros. Eso es parte del negocio".

Jorge Lisetti (gerente general de Fox-Warner): "Apoyamos totalmente a esta
nueva empresa. En poco tiempo ya hemos recibido algunos pagos y nos
alienta ver cómo las instituciones culturales poco a poco han comenzado a
sumarse, contratando licencias. Hay todo un trabajo de educación por
realizar para que más personas entiendan la importancia de MPLC y compren
licencias".

La voz de la SCD

La Sociedad del Derecho de Autor respalda la gestión de la MPLC en Chile,
aunque advierte que se trata de dos instancias independientes, dado que
ellos velan por los derechos de propiedad de la música, en tanto MPLD hace
lo propio con la exhibición pública de videos y DVD: "Tienen todo el
derecho a licenciar la proyección de este material en recintos públicos, y
como tienen los derechos de exhibición, fundamentalmente del cine
norteamericano, están capacitados para fijar tarifas y los precios que
estimen convenientes. Como empresa privada, están operando dentro de la
legalidad", explica Milton Pizarro, gerente de Licencias y Recaudación
Metropolitana Sur de la SCD.

Estados Unidos

Resguardos La Motion Picture Licensing Corporation, con sede en Los
Ángeles, funciona desde hace 25 años, y sólo en Estados Unidos ya tiene
más de 150 mil lugares licenciados.

Con derecho a réplica

M.L.Z.



"La actuación de la MPLC no debe verse como pagar un peaje sin derecho a
reclamo", dice el docente de cine Carlos Flores.
Foto:Mauricio Palma


Profesores, alumnos y autoridades debaten sobre la llegada de la MPLC.


M.L.Z.

El arribo de la MPLC ha generado bastante debate.

Francisco Schüler (28), estudiante de filosofía y encargado de la
Cinemateca de la Universidad de los Andes, cuenta que el propio plantel
accedió a pagar la suma pedida por esta empresa, porque siempre han
querido estar en regla. Sí cuestiona el argumento esgrimido por la MPLC;
es decir, la entretención: "Estamos formando al público. Es emocionante
ver cómo una buena película puede transformar a una persona, le hace ver
el mundo de una manera distinta. No es un mero acto social. Ver cine tiene
que ver con cumplir los principios universitarios: formar al alumno en
todos sus aspectos".

Carlos Flores, director de la Escuela de Cine de Chile, advierte que la
llegada de la MPLC no puede verse como "pagar un peaje sin derecho a
reclamo":

"Efectivamente se solucionó un problema, porque no teníamos claro qué
hacer con la exhibición pública de DVDs o de videos. Estoy de acuerdo con
cobrar y es legítimo respetar la Ley de Propiedad Intelectual, pero eso no
quita discutir. Ellos dicen que los ampara el Ministerio de Cultura, ¡pero
si hasta esa cartera se puede equivocar! Mi opinión es que la MPLC ha
actuado de manera exagerada, amenazando incluso con la presencia de
inspectores, pero en el camino han sido más flexibles, y, de hecho, he
visto algunos pasos en esta materia, lo que me parece muy bien".

Flores tampoco comparte el argumento de Phillip Hordern con respecto a la
entretención y las horas de almuerzo: "Eso es muy relativo, porque el
tiempo destinado a almorzar no es algo fijo y, por lo menos en nuestra
escuela, no hacemos diferenciación entre entretener y formar. Creo que no
se puede establecer un límite, porque en todo momento estamos educando a
través del cine".

-¿Cómo ve el panorama?

"Tengo la esperanza que a raíz de este debate se llegue a un acuerdo sin
producir damnificados. Me preocupa, en todo caso, la situación de ese
grupito de universitarios que deciden pasar un DVD en una sala de clases
no como parte de un ramo, sino porque quieren profundizar más sobre un
cineasta o una filmografía específica, y van a tener que pagar por
hacerlo. Puedes arrancarles de frentón el gusto y la pasión por el cine,
cuando de lo que se trata es formar público".

¿Avasalladores?

David Vera-Meiggs, crítico de cine, profesor y miembro del Consejo del
Arte y de la Industria Audiovisual del Ministerio de Cultura, ha
experimentado en carne propia la llegada de la MPLC. En su calidad de
docente y organizador de ciclos de cine de la Universidad Pérez Rosales,
comenta que ha tenido que suspender la proyección de videos y DVDs en ese
plantel: "Valoro que se esté normando una situación, que efectivamente se
reconozcan los derechos de propiedad intelectual, y que acabemos con la
piratería, pero los inspectores de MPLC llegaron de manera avasalladora,
impidiéndonos exhibir los filmes. Hay normativas en Chile, anteriores a la
firma del TLC, según las cuales el material audiovisual de valor cultural
exhibido dentro del ámbito universitario, sin cobrar entrada, estaría
exento de derechos comerciales. Esto no es un negocio y habría que
discutir si se estaría privatizando el cine-club".

Vera-Meiggs agrega que está a favor de pagar a la MPLC, "siempre y cuando
los dineros recaudados vayan en beneficio de los cineastas. Enzo Coniglio,
director del Instituto Chileno-Italiano de Cultura, me explicó que la
normativa de la Comunidad Europea entra en choque con la MPLC. La primera
respeta los derechos de autor hasta cerca de 30 años después de la muerte
de un director; pasada esa fecha, quedan liberados, a diferencia de los
norteamericanos, que siguen poseyendo los derechos del Pato Donald. Hay
que abrir un debate real para saber cuál normativa nos regirá".

Ignacio Aliaga, jefe del Departamento de Creación y Difusión Artística del
Ministerio de Cultura, argumenta que "es cierto que se pueden hacer
modificaciones al sistema y analizar el cobro de platas, pero es muy
saludable que por primera vez se reconozca la propiedad intelectual. Que
las personas pidan autorización a los productor

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Eric Báez Bezama
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